infección
ampliamente difundida en la población. La forma más frecuente de
contagio es por transfusiones y agujas contaminadas; de persona a
persona por secreciones (saliva), por contacto sexual o por orina. En
la embarazada no presenta síntomas; se puede trasmitir al bebé y
ocasionarle defectos muy severos como ceguera, sordera o retraso
mental, entre otros. La mujer debe realizarse un análisis al
comienzo del embarazo para detectar si presenta la enfermedad y tomar
las medidas necesarias.