alimenta,
refuerza y mantiene unidos los tejidos del cuerpo; ayuda a quehuesos,
dientes y tejidos sean fuertes y sanos (más aún en niños), a que
las heridas sanen más rápido, prevenir enfermedades del corazón y
cáncer. Alimentos como cítricos (naranja limón, mandarina, pomelo,
tomate) y vegetales verdes la contienen en gran cantidad. Su carencia
severa produce escorbuto, muy poco frecuente en la actualidad.