interviene
en la absorción de calcio
y fósforo
en el intestino y en su depósito en huesos y dientes. Está en
lácteos,
yema de huevo y aceites de hígado de pescado; también se sintetiza
por la exposición a la luz solar. Su carencia genera alteraciones
óseas (raquitismo), trastornos dentales y metabólicos.